11/04/2012

Te fuiste hace apenas cinco minutos...

Pareciera que te fuiste hace apenas cinco minutos, aunque en realidad fue hace tan solo quince. Sales de regreso al estrés de la gran ciudad, de la capital; yo, yo me quedo aquí a trabajar en la tan tranquila provincia, en la zona petrolera, en el golfo de nuestro querido país. 

De regreso a la habitación me doy cuenta de que ha funcionado tu táctica, veo la ropa sucia sobre la cama y unas prendas sobre el piso y comienzo a extrañarte. El aire de la habitación tiene un suave olor a ti. Quisiera tenerte en mis brazos de nuevo, que nos quedáramos juntos y que no nos separáramos por tiempos tan prolongados. 

Sentado en el sillón desde el que te mire mientras dormías todas estas mañanas, escribo estas letras de inspiración mientras te contesto esos mensajes donde decimos que nos anhelamos, donde recordamos que nacimos para estar juntos, que como aquél cuento que te conté hace años, somos las mitades de un alma antigua que anhelan por estar juntas para siempre y por siempre.

Te vas y te extraño, me voy y me extrañas. Veo la habitación y podría pensar que sería difícil sobrellevar tu ausencia en un cuarto que huele tanto a ti pero al contrario, esto podría ser mi vínculo contigo que, llamada a llamada, mensaje a mensaje, se estrecha sin llegar a romperse. 

Anhelo que llegue pronto la fecha en la que sigamos estando juntos. 

Mientras bebo un poco de agua creo que me quiere comenzar a vencer el sueño, tal vez por el cansancio de los días, tal vez por el sentimiento de tu ausencia pero, lo más seguro es que sea porque con tantos recuerdos tuyos en este lugar, seguramente soñaré contigo.

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